La CNFL tiene como meta reducir un 5% el consumo de papel, en relación con el consumo registrado el año anterior.  Esta meta significa que para este año la empresa debe consumir 255 resmas menos que en el 2017.

Como parte de la estrategia para lograr esta meta, enmarcada en la directriz “Cero Papel”, en cada centro de trabajo se lleva el consumo mensual de resmas, contabilizado por dirección y, según estos registros, al mes de octubre del 2018 la cantidad total consumida es de 3742 resmas de papel. 

Para mantener la meta de reducción del 5% el consumo total no debería sobrepasar las 4807 resmas al finalizar este año.

Según Ericka Umaña Porras, del Área de Gestión Ambiental, “estos datos  significan que  debemos duplicar los esfuerzos y ser conscientes para que juntos logremos la meta planteada”.

La funcionaria agregó que debemos estar alerta pues, si bien no se ha sobrepasado ese límite aún, estamos muy cerca de llegar, por lo que debemos pensar muy bien sobre la cantidad de papel solicitado y el uso que se le dará.

Impactos positivos y negativos al ambiente

Un árbol sirve para producir 16 resmas de papel, el equivalente a 8.000 mil hojas. 

Tomando estos datos como referencia, si se logra mantener la meta, la CNFL habrá logrado salvar 16 árboles con el ahorro de las 255 resmas dejadas de consumir en 2018.

No obstante, la meta cada vez debe ser más ambiciosa, pues las 3.742 resmas que ya se han consumido (1.871.000 hojas), equivalen a la tala de 234 árboles.

La estrategia de reducción del consumo de papel, este 2018, incluyó acciones informativas y campañas de concienciación, dirigidas a todo el personal, con acciones formativas específicas dirigidas a aquellas dependencias donde se han venido registrando los mayores consumos de papel.

Este esfuerzo forma parte del Plan de Gestión Ambiental Empresarial y el compromiso de la Dirección del Sistema de Gestión Integrado para lograr la reducción de la contaminación del ambiente.